Desde la coordinación de Defensa Civil se recomienda la revisión de estufas y sistemas de calefacción para comprobar el buen funcionamiento, consultando a un profesional calificado y autorizado.
Se debe tener en cuenta que tanto los braseros, como las cocinas, los calefones y las estufas pueden liberar monóxido de carbono -gas imperceptible-, cuando presentan fallas en sus mecanismos o por la ausencia de ventilación adecuada.
La exposición al monóxido, incluso por un período breve, produce intoxicación. Unas pocas partículas son suficientes para alterar el funcionamiento del sistema nervioso y pueden provocar desde cambios de humor y cefaleas permanentes hasta lesiones neurológicas irreversibles.
El efecto nocivo y la gravedad del cuadro dependen de la concentración de las emanaciones en el aire, del tiempo de exposición-inhalación y de las condiciones de cada individuo, como la edad, estatura, peso, sexo y el estado general de salud.
Por ello, se aconseja:
- Instalar artefactos que estén aprobados por alguno de los institutos avalados por Enargas.
- Recurrir siempre a gasistas matriculados para instalar y verificar el funcionamiento de los aparatos de gas.
- Evitar el uso de braseros.
- Mantener ventilados los ambientes.
- Asegurarse de que el tiraje de los artefactos no esté obstruido o desconectado.
- No obstruir los conductos ni rejillas de ventilación de los ambientes.
- Verificar que la llama de los artefactos sea de color azul.
- No instalar calefones en los baños.
- Apagar los artefactos de gas durante la noche.
Recomendaciones ante una intoxicación:
- Retirar a las personas expuestas al exterior de la vivienda.
- Generar el traslado inmediato al Hospital.
- Si los intoxicados están inconscientes, acostarlos en posición de costado (posición lateral de seguridad), mientras se espera la llegada de la ambulancia.
- No suministrar nada por boca y, si es posible, proveer a la víctima oxígeno al 100% lo antes posible.